A veces la vida nos pone delante a grandes personas en el trabajo, mujeres del corazón que comparten sus horas contigo y te animan, te cuidan, te hacen crecer. Mujeres que comparten tu misma pasión, a la que te dedicas todos los días. Siendo generosas contigo regalándote también sus horas.
Escribo este post para agradecer a esas personas que después de una guardia sin descansar, a las cinco de la mañana comentan una situación graciosa y no dejamos de reír en un buen rato, el mejor rato de la noche. Cuando hay que correr, corren contigo. O cuando se necesita llorar, te arropan y te hacen que vuelvas a levantarte. Que te regalan una sonrisa o una conversación agradable por las mañanas.
Amigas que te reconfortan, que te pasan una contestación fuera de tono fruto de la tensión de algún momento. Mujeres que te dan su punto de vista y te explican su manera de ver y vivir la vida. Que te ensañan y te hacen crecer, como profesional y como persona.
Amigas que te regalan el compartir con ellas el nacimiento de sus hijos, el mayor egalo que puede recibir una matrona. Y es entonces cuando te das cuenta de lo afortunada que eres.
A mis mujeres del corazón, para todas ellas, sólo tengo una palabra: GRACIAS.
Eres grande Ana! De corazón y como persona! Tuve la gran suerte que me asistieras al parto hace ya 2 años de mi pequeño Joel. Doy gracias a la vida porque diga habiendo profesionales con tu. Un abrazo.
Qué bonito Amiga!
Grande Ana! Eres un encanto
Coincido con Laura. Gracias a todas, que hacéis más llevadero y sobretodo humano, un momento tan duro como maravilloso.
Precioso Ana!!que suerte tienes y tienen muchas de tenerte!!las mujeres de tu corazón!!(ya has experimentado lo que significa para ti)